Es la hora de la verdad en la Europa League. En una competición también golpeada por el coronavirus y pospuesta hasta entrado agosto, Sevilla e Inter de Milán se disputan hoy a las 21:00 horas el reinado de la segunda competición de la UEFA, una categoría donde el equipo español es un absoluto gigante. Los andaluces buscan en el estadio Rhein Energie de Colonia la que sería su séptimo título de la Europa League, antes llamada Copa de la UEFA, algo que ningún equipo ha conseguido hasta ahora. Pero en frente tendrán a un conjunto económicamente más poderoso que empieza a resurgir tras años de depresión deportiva, el Inter. De la mano de Antonio Conte los Nerazzurri aspiran a su cuarto triunfo en la competición, destinándose a su mejor jugador del año, el belga Romelu Lukako. El delantero, todo un portento físico, se medirá marca por marca con otro titán, el defensa central sevillista Diego Carlos.
Ambos son dos fichajes de esta misma temporada, aunque con pasados diferentes. Mientras que Lukaku es un delantero de experiencia internacional contrastada, Diego Carlos es un fichaje ‘made in’ Monchi, un central que militaba en el Nantes los últimos 3 años. El Sevilla se ha encontrado así con uno de los mejores defensas de LaLiga, cuya cláusula de 75 millones de euros podría no ser suficiente para retenerle más temporadas en la capital andaluza. El duelo entre el central y el delantero centro es todo un choque de trenes, puesto que ambos basan su juego en la contundencia física. El belga es más alto, 191 centímetros por los 184 del sevillista, pero Diego Carlos ya ha demostrado en varias ocasiones ser un baluarte por arriba (gana el 60% de sus acciones de cabeza).
Lukaku fue fundamental en la victoria 5-0 de los italianos al Shakhtar Donestk en semifinales del torneo, realizado a un único partido tras la suspensión temporal de la competición por la pandemia del coronavirus. El delantero se ha convertido en el máximo artillero del Inter, además de hacer una pareja perfecta con Lautaro Martínez. El belga suma 33 goles en 49 partidos esta temporada, además de mostrar garantías como 9 del equipo, recibiendo de espaldas, anclando a defensas y jugando por el bien del equipo. Cualidades por las que también destacó en el Mundial 2018, en el que Bélgica obtuvo su mejor resultado en la historia de la competición, un tercer puesto.
La llegada del delantero al Inter de Milán se fraguó tras una larga negociación con el Manchester United. El equipo dirigido por Ole Gunnar Solskjaer había pagado por él 85 millones de euros dos temporadas atrás, por su gran desempeño en el Everton. Su buen rendimiento al principio acabó por convertirse en un gran problema para un vestuario diluido por la inestabilidad del club. Los diablos rojos lo pusieron en el mercado y, pese a un coqueteo con la Juventus de Turín, acabó firmando por el equipo de Conte por 65 millones de euros.