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Chiesa evita el desastre de la Juventus en Oporto

El cuadro portugués vence por 2-1 en un encuentro decepcionante de la escuadra de Andrea Pirlo

Porto (Portugal).- lt;HIT gt;Juventus lt;/HIT gt;' Cristiano Ronaldo...

¿Fue malo el resultado para la Juventus? Pues depende. Antes del partido habría pensado Andrea Pirlo que sí, que perder en casa de este Oporto que no es gran cosa era inasumible para su equipos. En el transcurso del partido, el resultado fue pareciendo cada vez mejor, pues si el Oporto no era gran cosa, menos aún lo era la propia Juventus. Y en el pitido final volvió a pensar la ‘Juve’ que quizá sí era malo, pues Cristiano no daba crédito a la decisión de Del Cerro Grande (y de Hernández Hernández en el VAR) de no concederle un penalti en la última jugada.

Pésimo, malo o bueno, el resultado fue el que fue y deja a uno de los grandes de Europa en serios problemas de cara al partido de vuelta. Es cierto que un 1-0 le bastaría para quitarse de encima al correoso Oporto, pero tal victoria no puede parecer sencilla tras lo visto este miércoles en O Dragão. La incapacidad ofensiva del conjunto piamontés fue por momentos ridícula, sin que ni siquiera Cristiano, desasistido hasta la desesperación pudiera hacer demasiado por evitarlo.

Claro que todo es muy difícil cuando encajas un gol unos segundos después de que se cumpla el primer minuto del partido. Bentancur tomó la peor decisión que puede tomar un futbolista: dar un pase atrás al portero mirando al tendido. Y, además, lo hizo en el interior del área. Taremi no desaprovechó un regalo de semejante calibre y se lanzó al suelo para anticiparse a Szczesny y adelantar al conjunto portugués.

UN EQUIPO PREVISIBLE

Pese a la entidad del error y el momento en el que se produjo, no sirven de atenuante para la primera parte que completó el conjunto de Andrea Pirlo. Fue un equipo previsible y monocorde, con exageradas dificultades para iniciar la jugada desde atrás y sin capacidad para llevar balones hasta sus delanteros. Una delicia de oponente para un Oporto al que le bastaba con ejercer una presión coordinada y con mantener el orden cuando la Juve lograba superar la primera línea.

La primera ocasión de los italianos no llegó hasta el minuto 40, en una chilena nada ortodoxa de Rabiot bien salvada por Marchesín. Una excepción en una primera parte en la que la Juventus exhibió todas sus carencias. El castigo a su inoperancia se iba a duplicar a los 19 segundos de la segunda mitad. La defensa juventina permitió a Manafá campar a sus anchas por la banda derecha y Marega recibió, solo, el balón en el área para colocar el 2-0 en el marcador.

Fue entonces cuando la preocupación derivó en drama, sin que eso rescatara a la Juventus de la parálisis. Sólo en el cuarto de hora final, con el Oporto ya con la lengua fuera, lograron los de Pirlo generar algo de peligro real. Ese arreón le sirvió para que Chiesa, tras un centro de Rabiot, marcara un gol que puede ser capital para el resultado final de la eliminatoria. Después, Morata falló un mano a mano y Cristiano, escrito queda, reclamó un penalti en la última jugada. Pero el empate no habría sido ni mucho menos justo. Ni para el Oporto, ni sobre todo para la Juve.

Tras el partido, Pirlo reveló que Morata, que saltó al césped la última media hora, cuando su equipo perdía por 0-2, sufrió mareos. «Morata no estaba bien, lleva algunos días sin estar bien. Tuvo fiebre y no se recuperó bien. Entró en el momento de la necesidad, pero al acabar el partido tuvo que tumbarse, tuvo unos mareos, estuvo mal y estaba al límite», dijo Pirlo a la televisión italiana Sky Sport tras el partido del estadio Do Dragao.

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